POR: GORDON B. HINCKLEY
15º PRESIDENTE DE LA IGLESIA
El presidente Gordon B. Hinckley se dirigió a los jóvenes y a los jóvenes adultos de la Iglesia en una charla fogonera especial celebrada el 12 de noviembre de 2000 (véase “El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”, Liahona, abril de 2001, págs. 30–41). Su mensaje se centró en seis principios para ayudar a los jóvenes a tomar decisiones correctas y enfrentarse con éxito a los retos del mundo actual.
SEAN AGRADECIDOS
“El hábito de decir gracias es la característica de un hombre o de una mujer educados… estén agradecidos a sus padres quienes se preocupan tanto por ustedes y quienes han trabajado tanto para sostenerles”.
SEAN INTELIGENTES
“Pertenecen a una Iglesia que enseña la importancia de la educación académica… [El Señor] desea que capaciten sus mentes y sus manos para que lleguen a ser una influencia para bien al seguir adelante con su vida. Y al hacerlo, al desempeñar sus tareas honorablemente y con excelencia, traerán honor a la Iglesia, ya que se les considerará hombres o mujeres de integridad, de habilidad y que hacen un trabajo de calidad”.
SEAN LIMPIOS
“[Las drogas ilícitas] les destruirán; ustedes se convertirán en sus esclavos… Mi consejo, mi súplica para ustedes maravillosos jóvenes y jovencitas, es que se mantengan completamente alejados de ellas… Consérvense limpios de estas adicciones que alteran la mente y crean hábito”.
SEAN VERÍDICOS
“Ustedes, los que son miembros de esta Iglesia, deben ser leales a ella. Ésta es la Iglesia de ustedes… Han abrazado su Evangelio; han tomado sobre ustedes mismos un convenio en las aguas del bautismo, el cual han renovado cada vez que han participado de la Santa Cena… Anden con fe ante [Dios] con la cabeza en alto, orgullosos de ser miembros de esta gran causa y reino que Él ha restaurado en la tierra”.
SEAN HUMILDES
“Creo que los mansos y los humildes son aquellos que son enseñables; están dispuestos a aprender; están dispuestos a escuchar los susurros de la voz quieta y apacible para recibir guía en sus vidas. Ellos consideran la sabiduría del Señor superior a la de ellos mismos”.
SEAN DEDICADOS A LA ORACIÓN
“De modo que vivan a fin de que con una conciencia tranquila puedan hablar con el Señor… Lo milagroso de todo ello es que Él escucha; Él responde; Él contesta. No siempre lo hace como nos gustaría que lo hiciera, pero no tengo duda de que contesta”.
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